Como servicio de enterradores en Cantabria, con muchos años de experiencia, hay una reflexión que queríamos compartir sobre esta sociedad nuestra. ¿Por qué es la muerte un tema tabú? Seguramente no se debe a una única razón, pero queremos aquí proponer algunas ideas.

Servicio de enterrador en Cantabria

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Una mirada desde nuestro servicio de enterradores en Santander

Nuestro servicio como enterradores en Cantabria nos aporta una mirada continua, muy íntima, del fenómeno de la muerte y el duelo. Y con razón se dice que el único dolor soportable es el ajeno. Con la muerte, perdemos para siempre a alguien querido, y lo querremos siempre, porque era alguien único e irrepetible. La muerte arrebatadora es vista, pues, con una mezcla de rabia y temor. A nadie le gusta la muerte.

Nuestra mirada hacia el lado espiritual de la muerte

Está comprobado que las personas con creencias religiosas afrontan mejor la idea de la muerte, porque creen que iremos a un lugar mejor. Su fe les ayuda a afrontar ese momento misterioso y temido. Pero muchos de ellos tampoco dejan de ver la muerte como un tema tabú, al igual que las personas que no creen en ese más allá. Y la sociedad que nos rodea hace de la muerte un drama intocable. Vivimos en una sociedad caracterizada por el hedonismo en lo espiritual. Enfocada en el disfrute del momento, carpe diem, luego la muerte no tiene ningún lugar en ese esquema, sino al contrario. La muerte es la realidad más opuesta a ese ideal de vivir la vida, con cierta despreocupación, precisamente porque la muerte es el final de la vida.

El lado científico de la muerte

No sólo hay una cierta obsesión por vivir la vida “a tope” o disfrutar, a veces de cualquier modo, sino que también hay una obsesión por lo científico. Todo tiene que ser explicado claramente por la Ciencia. Pero lo único que puede asegurar la Ciencia, sobre la muerte, es que morimos cuando nos llega la hora. Nuestras funciones vitales se apagan, el cerebro entre ellas, y a partir de ahí no sabemos nada con certeza científica. Nada nos indica con ninguna seguridad qué habrá después. Y la sola idea de que no haya nada nos perturba, con razón, porque eso significaría el final de todo lo conocido.

Nuestra mirada como funeraria en Santander: el lado psicológico de la muerte

No hay una actitud perfecta ante la muerte y cada uno vive esta situación a su manera. Entre las formas más positivas de afrontarla se encuentran los que han reflexionado el asunto y han aceptado, de manera consciente, que van a morir tarde o temprano. Y esta normalización personal de la muerte, el aceptar que nos vendrá un día, tiene la gran ventaja de que uno no rehuye tanto el problema. Se sabe que está ahí, se acepta como normal y entonces, se sufre menos. Pero lo normal es no pensarlo demasiado, ¿para qué? Tenemos demasiadas cosas que hacer para ponernos metafísicos, pensando en algo que realmente no podemos controlar. Hasta que acudimos a un entierro o vivimos una pérdida de cerca, en nuestro entorno, o nos enfermamos de forma grave. Ahí sí pensamos algo más en este fenómeno de la muerte, que nos rodea, pero el tabú es tan fuerte que a menudo nos cuesta compartirlo con los demás. Ésta es nuestra percepción como funeraria en Santander, tras tantos años de servicio en la región.

Nuestra mirada como servicio de enterradores en Cantabria: no temer a la muerte ni obsesionarse con ella

Si lo piensas, la muerte es tan misteriosa como la propia vida. A nadie se le pregunta si quiere venir a este mundo: simplemente venimos y un día nos vamos, involuntariamente también. Muchas personas lo aceptan con simple resignación, a sabiendas de que no sirve de nada darle muchas vueltas a lo inevitable: todos moriremos algún día, aunque sea un poco triste pensarlo. Pero de nuevo surge el problema del entorno social, poco dado a hablar de la muerte. Por nuestro servicio como funeraria en Santander sabemos, después de acompañar a tantas familias, que el miedo a la muerte afecta a muchas personas. Mucha gente que le da la espalda a esta realidad y hasta se molesta, cuando surge el tema, como si diera mala suerte siquiera mentar a la muerte. Pero temer a la muerte no es bueno ni malo. Es simplemente normal. De hecho, forma parte de nuestro instinto de conservación, pues nos desaconseja poner en riesgo nuestra seguridad y nuestra vida. Sin embargo, si este instinto degenera en una fuente de ansiedad incontrolada, que obstaculiza nuestra vida y hasta muestras relaciones, el temor a morir deriva en una fobia. Un miedo injustificado e irracional llamado tanatofobia, que afecta a 2 de cada 100 personas.