Comentamos con una empresa de plagas en Santander el problemón de las ratas de Nueva York. Nueva York ha presentado como un avance histórico una medida que en numerosas ciudades europeas, como las españolas, es parte del paisaje urbano desde hace años: la contenerización de la basura. La iniciativa, impulsada en el barrio de West Harlem, busca reducir la presencia de ratas en la ciudad, donde el problema ha alcanzado niveles preocupantes. El alcalde Eric Adams ha calificado esta transformación como un cambio estructural dentro de la llamada Revolución de la Basura, un programa iniciado en 2022.
Contenedores cerrados y recogida automatizada para luchar contra las ratas
Una empresa de plagas en Santander nos comenta la dificultad de pelear contra estas plagas, que en la capital de la región son especialmente dañinas y persistentes. Esto puede pasar en cualquier parte y la gestión de los residuos suele tener gran parte de la culpa.
Por primera vez, todos los edificios de West Harlem, independientemente de su tamaño, cuentan con contenedores cerrados donde almacenar los residuos. Esta medida elimina las tradicionales bolsas de basura acumuladas en las aceras, uno de los principales focos de atracción para los roedores. Se han instalado más de 1.100 contenedores Empire Bins, accesibles únicamente con tarjetas electrónicas para los residentes. Además, el sistema de recogida se ha modernizado con camiones automatizados que vacían los contenedores sin intervención manual, adelantando así una modernización inicialmente prevista para 2030. El proyecto ha supuesto una inversión de más de 32 millones de euros y ya muestra resultados: en los últimos seis meses, los avistamientos de ratas han disminuido de forma sostenida.
«Revolución» contra las ratas con contenedores que en España son cotidianos
El alcalde Adams ha convertido esta política en un símbolo de su gestión. En declaraciones públicas, ha afirmado que los ciudadanos de Nueva York merecen calles limpias y libres de plagas, subrayando que, pese al escepticismo inicial, el cambio ya es tangible. Sin embargo, en redes sociales la medida ha generado cierta ironía: muchos usuarios han recordado que en ciudades europeas, como Madrid o Barcelona, este sistema lleva décadas funcionando. De hecho, representantes neoyorquinos, incluida la vicealcaldesa Meera Joshi, visitaron recientemente España para conocer de primera mano estos modelos.
¿Un cambio que normaliza lo que debería ser estándar? A pesar de las bromas, el Ayuntamiento neoyorquino celebra el progreso. Javier Lojan, comisionado interino del Departamento de Saneamiento, ha recordado que en 1999 este tipo de mejoras parecían inalcanzables. Con esta nueva estrategia, Nueva York da un paso importante hacia una gestión de residuos más eficaz, aunque en otros lugares esta práctica ya forma parte de los estándares básicos de salubridad urbana.
La relación entre la basura y las ratas: un problema de salud urbana
Las ratas son animales extremadamente adaptables y oportunistas. En entornos urbanos, su presencia está estrechamente vinculada a la gestión de los residuos. La basura, especialmente cuando se deposita en la vía pública o en contenedores abiertos, constituye una fuente constante de alimento y refugio para estos roedores. Por ello, las ciudades que no controlan adecuadamente sus desechos tienden a experimentar plagas recurrentes de ratas.
Los restos orgánicos, como sobras de comida, son un auténtico imán para las ratas. Además, las bolsas de basura apiladas en la calle no solo les proporcionan alimento, sino también escondites seguros frente a depredadores o condiciones climáticas adversas. Si a esto se suma un acceso fácil a agua y refugios —como alcantarillas, sótanos o estructuras deterioradas— se crea el entorno ideal para que las colonias de ratas proliferen.
El control de residuos es fundamental en la lucha contra las plagas de ratas
Más allá de la incomodidad, la proliferación de ratas supone un grave riesgo sanitario. Estos animales son vectores de numerosas enfermedades, que pueden transmitirse a los humanos tanto de forma directa (a través de mordeduras o contacto con sus excrementos) como indirecta (por medio de pulgas y ácaros que viven en su pelaje). Además, pueden causar daños materiales en infraestructuras y cableados eléctricos.
Por estas razones, el control de residuos es fundamental en la lucha contra las plagas de ratas. La implementación de sistemas de contenerización cerrada, la recogida frecuente de basura, la educación ciudadana sobre el correcto almacenamiento de residuos y la eliminación de focos de suciedad son medidas clave para romper el ciclo que alimenta la presencia de estos roedores en los entornos urbanos.
En definitiva, donde hay basura accesible, es muy probable que haya ratas. Mejorar la gestión de los residuos es, por tanto, uno de los pasos más efectivos para reducir su población y proteger la salud y la calidad de vida en las ciudades.